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Pilotos voluntarios recorren el Méditerraneo para rescatar a los refugiados.

Los expertos estiman que en los últimos dos años más de medio millón de personas han realizado el peligroso viaje por el Mediterráneo con la esperanza de encontrar una vida mejor en Europa. Se estima que unos ocho mil de ellos han muerto en el intento.

De entre esta historia interminable por la supervivencia, emerge otra, la de dos pilotos en activo de origen francés. Benoît Micolon y su compañero de profesión José Benavente. Los dos ocupan ahora titulares por sobrevolar el pasado mes de mayo el Mediterráneo en busca de embarcaciones para rescatar refugiados.

Benoît y José se hicieron con su propio avión, una avioneta ligera, comúnmente referida como “Colibrí”, un MCR4S capaz de recorrer más de 1.500 kilómetros al día y por el que invirtieron inicialmente alrededor de 130.000 euros. Los pilotos adquirieron el avión y lo modificaron para mejorar su autonomía, permitiendo misiones de recate más largas.

Hasta el momento, sus misiones han durado cuatro horas, pero esperan extender su tiempo de vuelo a ocho horas para poder detectar e identificar más barcos para que otras ONGs puedan rescatarlos.

Pero la labor humanitaria no finaliza con este rescate masivo. A raíz de los hechos, los pilotos franceses han fundado una asociación sin ánimo de lucro “Pilotes volontaires”, con la intención de repetir estas acciones de rescate. La asociación trabaja apoyándose en las Convenciones Internacionales vigentes que rigen sobre el derecho del mar y está financiada por donaciones privadas.

“Ya hay barcos de ONGs que intentan rescatarlos en esta área. Son buenos para el rescate, pero tienen una capacidad limitada para observar y encontrar”. Como es el caso de la ONG alemana Sea-Watch, que desde 2017 ondea la zona y ya ha fletado multitud de embarcaciones.

El objetivo a corto plazo de “Pilotes volontaires” es combinar el alcance de visión y poder de reacción en el aire con la capacidad de rescate de las embarcaciones voluntarias.

La atención mediática está de nuevo puesta en el mar. Con el inicio del verano, se espera una vez más un aumento dramático del número de inmigrantes que intentarán cruzar Europa. Benoît y José se hacen eco de la gravedad de la situación y planean entrenar a más pilotos en el futuro para permitir misiones de exploración regulares en todo el Mediterráneo. Son conocedores de que, amigos de profesión, están sensibilizados con el tema y desean unirse a la labor de búsqueda aérea. Benoît y José ya conocen las limitaciones de su primera avioneta “colibrí” y aportarán la técnica y metodología necesaria para entrenar a más pilotos como ellos.

Otras ONGs colaboran históricamente para aliviar esta crisis humanitaria a nivel mundial. En verano redoblan sus esfuerzos, pero su actividad se hace extensiva a todo el año. Es el caso de ACNUR, por ejemplo, que te permite contribuir con la causa evitando que cada vez más refugiados arriesguen su vida en el mar es busca de salvar su vida. Todos podemos ayudar.